Tras el desprestigio generalizado del gobierno dictatorial del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, la presión popular orientó el devenir político hacia una transición a la democracia, tras siete años de gobierno de facto.
Una vez abierto el proceso de transición a la democracia, Alfonsín se convirtió en presidente de la Unión Cívica Radical al imponerse el Movimiento de Renovación y Cambio en las elecciones internas partidarias. Poco después fue nominado candidato a presidente de la Nación. Como candidato a vicepresidente fue nominado Víctor H. Martínez.
Alfonsín era uno de los dos principales candidatos presidenciales, mientras que el otro era el peronista Ítalo Lúder por el Partido Justicialista (PJ).
Las elecciones se realizaron el 30 de octubre de 1983 y Alfonsín triunfó obteniendo el 51,7% de los votos frente al 40,1% del peronismo. Asumió en el cargo el 10 de diciembre, fecha en que tuvo lugar una gran concentración popular en la Plaza de Mayo, pero en lugar de saludar desde los balcones de la Casa Rosada, Alfonsín habló desde el Cabildo de Buenos Aires.