Debate sobre el impacto de la digitalización en la educación superior en foro internacional de NODAL
Los desafíos que enfrenta la educación pública en el proceso de digitalización y virtualización fue tema de un debate en el que participó la vicerrectora Silvia Storino junto a rectoras/es, líderes sindicales, docentes, nodocentes y estudiantes de universidades públicas, en el marco del “I Encuentro Internacional: comunicación, política y poder en el Siglo XXI” organizado con motivo del décimo aniversario de la agencia Nodal.
Frente a un público movilizado -integrado por dirigentes y estudiantes que acompañaron calurosamente el encuentro- Storino habló junto a Diana Piazza (UNA); Victor Moriñigo (UNSL); Walter Wallach (UNAHUR); Walter Merkis, de la Federación Argentina de Trabajadores de las Universidades Nacionales (FATUN); Daniel Ricci de la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN) y Yamile Socolovsky de la Confederación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU).
La actividad estuvo moderada por Macarena Videla Galamba y Franco Suárez y contó con una dinámica particular: cada una/o de las/os invitadas/os debió responder una pregunta específica sobre la digitalización y virtualización de la educación y luego expresar qué aspectos deberían estar presentes en un nuevo manifiesto liminar de reforma universitaria.
Antes de comenzar con las respuestas, Suárez contextualizó la actividad: “venimos dando una discusión entre distintas/os actoras/es alrededor de lo que es el futuro de la educación y la agenda que necesitamos en el Siglo XXI; para qué proyecto de país se forman profesionales hoy en nuestras universidades, para qué futuro del trabajo, qué carreras y características hoy en día son necesarias para el desarrollo tecnológico, para poder tener un patria libre justa y soberana”, reflexionó.
Frente al interrogante relacionado con los procesos de virtualización y digitalización de la vida cotidiana y su correlato en la vinculación y la extensión, Silvia Storino expresó que “todos los procesos de digitalización son una condición epocal, si no fuera así no hubiéramos logrado como comunidad universitaria en un lapso de entre dos semanas y un mes hacer que la vida universitaria se traslade a las pantallas; lo que hizo estallar a todos los profetas que dicen que la educación es inercial y que no puede modificarse”.
“La virtualización provoca deslocalización de los intercambios en funciones de la universidad relacionadas con los territorios, como pueden ser la extensión y la vinculación en un sentido amplio”, reflexionó Storino.
En este sentido, “viniendo de una universidad del conurbano con una matriz de origen muy unida al territorio -donde las universidades expresan las demandas, las preguntas, los anhelos de un territorio en particular- tenemos que pensar entonces esa idea de la virtualización y la digitalización atravesados por esa tensión, la de la territorialización y la desterritorialización”, indicó.
Por lo tanto, “estamos a favor de que ciertas propuestas adquieran un carácter virtual siempre y cuando nos ayude a que los territorios no sean guetos, en la medida en que esa interacción nos permita enlazar y vincular, salirnos del encierro, crear más ciudadanía y ampliar los derechos”.
Por su parte Daniel López, subsecretario de Políticas Universitarias, se refirió a la creación de política pública en este contexto. “Las universidades argentinas, sobre todo desde el año ‘94 son autónomas y autárquicas y tienen esa salvaguarda escrita en la Constitución”, expresó.
Al momento de pensar en las modificaciones que deberían hacerse, López indicó que “siempre parece que llegamos tarde al futuro porque se está viviendo un presente que está teñido de pasado; en realidad armar un plan de estudio y pensar carreras es pensar en las necesidades del colectivo general, con acciones conjuntas que el Estado en todas sus manifestaciones lleva a adelante”.
En este marco, el funcionario destacó características propias e intransferibles de los derechos consagrados en la carta magna : “Los derechos se defienden y se conquistan, no se compran ni se venden”, enfatizó el funcionario.
Hacia el final, las/os integrantes del panel enunciaron aportes para un nuevo manifiesto liminar en el que se actualicen y amplíen derechos. Silvia Storino compartió un texto de su autoría con la siguiente reflexión: “En un mundo que ha roto las relaciones que unían los nombres con las cosas , hemos, como los jóvenes del 18, no solo llamar a las cosas por su nombre sino encontrar también, nuevos nombres. Porque los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan, éstas no pueden convertirse en tristes cuotas con intereses”.
“La libertad no se compra ni se vende en vouchers, no hay un ticket que nos haga libres. La libertad se construye socialmente, con una ciudadanía formada bajo el principio de trascender los fuegos de artificio producidos en la espectacularización de la vida, el reinado de la opinión y el rechazo al dolor que el conocimiento puede producirnos”, concluyó Storino.