Se realizó un panel sobre los desafíos de la implementación de la Ley de Lengua Señas Argentina
Autoridades de la Universidad, docentes y referentes de la comunidad sorda argentina celebraron frente a un auditorio colmado de estudiantes e ingresantes la sanción de la flamante Ley de Lengua de Señas Argentina (LSA) y analizaron los desafíos que presenta su próxima aplicación.
La Ley 27.710 sancionada el pasado 13 de abril reconoce a la LSA como lengua natural y parte de la identidad lingüística y herencia cultural de las personas sordas en la Argentina. Esta herramienta busca garantizar su participación e inclusión plena en la sociedad.
El panel estuvo presidido por el rector Darío Kusinsky; la coordinadora del profesorado Universitario de Educación Especial con Orientación en Sordas/os e Hipoacúsicas/os, Anabel Peret Venzani; las docentes de UNPAZ Cecilia Maltez y Ana Cara Leiva y Victoria Di Tomasso, secretaria de la Asociación de Personas Sordas de San Martín (ASORSAM), una de las agrupaciones que trabajó para llevar al Congreso Nacional el debate que antecedió a la sanción de la Ley.
El Rector expresó su alegría por esta conquista y remarcó que la Ley aporta “un estándar, una base de discusión que reconoce la lucha de las comunidades” y agregó que estos logros siempre son “el producto de tensiones y de intereses contrapuestos” que hay que continuar acompañando.
En este sentido, el Rector resaltó que la Universidad viene trabajando en esa línea con la creación del profesorado Universitario de Educación Especial con Orientación en Sordas/os e Hipoacúsicas/os y el profesorado Universitario de Educación especial con Orientación en Ciegas/os y Disminuidas/s visuales.
“Estas carreras también vienen a resolver una injusticia; de alguna manera hacen que nuestras comunidades sean un poquito más justas en la medida en que nuestras/os estudiantes aprendan el ejercicio profesional para poder generar mayores condiciones de acceso a derechos”, destacó el rector.
La UNPAZ es la primera universidad en tener un profesorado universitario con Orientación en Sordas/os e Hipoacúsicas/osen ya que “no existía la posibilidad de capacitarse a nivel universitario”, sostuvo Anabel Peret Venzani.
“Nuestro plan de estudios -continuó la coordinadora- contempla 6 niveles de lengua de señas, algo muy importante para los docentes que trabajan en la provincia de Buenos Aires, que van a necesitar saber lengua de señas porque todos los contenidos van a tener que ser impartidos en LSA”, entre otros sectores de la administración pública.
Al referirse a los antecedentes de esta conquista, Victoria Di Tomasso comentó que antes del proyecto que finalmente se convirtió en ley, “la Confederación Argentina de Sordos había presentado 5 proyectos, todos fueron rechazados porque en ese entonces primaba una perspectiva médica, ellos decían que la lengua de señas no servía, que era solo una herramienta, que nosotros no teníamos cultura ni identidad”.
La lucha se extendió y se organizó a nivel nacional. “Sabíamos que hay gente que sufre en los pueblos. Por eso en 2021 en plena pandemia hicimos 6 mesas de trabajo: Buenos Aires, NOA, Litoral, Cuyo, Centro y Patagonia en las que no solo participaron personas sordas, había docentes, oyentes , institutos, organismos, padres con hijos sordos. La Confederación fue recabando información en cada mesa, las vivencias y experiencias de cada región y elaboraron un documento junto a las asociaciones y modificamos el proyecto que luego fue ley”.
Muy emocionada por el acompañamiento de la comunidad sorda y la lucha, la docente sorda Cecilia Maltez celebró “el cambio de paradigma porque cambió la mirada de la sociedad”. “Esta ley nos da la posibilidad de formación de futuros profesionales para poder comunicarnos. La ley nos da esta fuerza para poder entrar dentro de todos los ámbitos”, expresó.
En misma sintonía, Ana Clara Leiva también docente de la Universidad, resaltó la necesidad de garantizar que se cuente con personas que hablen LSA en todos los ámbitos.
“Es muy importante que en el ámbito judicial y policial haya un intérprete las 24 horas, porque nosotros necesitamos información y tenemos que tener ese acceso. En la educación también porque no saber LSA perjudica a las infancias y a los futuros adultos sordos. No solo hay que practicar la lengua de señas sino también hay que estudiar la pedagogía y la didáctica para enseñar a los niños sordos”, concluyó Leiva.