Se conocen como la Semana Trágica a los incidentes ocurridos en Buenos Aires entre el 7 de enero al 14 de enero de 1919, en los que sectores nacionalistas y fuerzas policiales enfrentaron y asesinaron a obreros de tendencia anarquista durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen.

Los obreros había tomado los Talleres Vasena en reclamos de mejores condiciones laborales. El accionar del Gobierno y de grupos nacionalistas derivó en una escalada de violencia que produjo  un saldo de entre 141 a 700 muertos (según la fuente) y centenares de heridos. Se considera a estos sucesos asimismo como el primer pogrom en América Latina, ya que la Liga Patriótica Argentina (grupos de jóvenes conservadores y militares con tendencia abiertamente fascista y antiyrigoyenistas que propugnaban frenar la chusma radical) atacó a la comunidad judía local, en especial en el barrio de Once donde además fueron incendiadas sinagogas y las bibliotecas Avangard y Paole Sión.

El 7 de enero un grupo de huelguistas había formado un piquete tratando de impedir la llegada de materia prima para la fábrica Vasena. En ese momento, supuestos conductores que pasaban frente a los huelguistas, comenzaron a disparar sus armas de fuego contra los trabajadores. A ellos se sumaron inmediatamente las fuerzas policiales que estaban destacadas en la zona desde el comienzo de la huelga. Cuatro obreros fueron muertos. 

El  jueves 9 de enero de 1919 se despidió a los obreros asesinados con una enorme huelga general de hecho. Los trabajadores de distintas centrales obreras se unieron para enterrar a sus muertos. Aproximadamente a las 17 horas la columna obrera llegó a la Chacarita. Repentinamente, miembros de la policía y del ejército que estaban emboscados comenzaron a disparar sobre la multitud. Según los diarios, hubo 12 muertos y casi doscientos heridos, pero la prensa obrera habló de 100 muertos y más de 400 heridos. Mientras se producía esta masacre un nutrido grupo de trabajadores rodeó la fábrica Vasena y estuvo a punto de incendiarla. El jefe de policía Elpidio González, envió a un grupo de policías y bomberos que dispararon sobre la multitud, provocando —según el propio parte policial— 24 muertos y 60 heridos. 

Finalmente el 11 de enero el gobierno radical llegó a un acuerdo con la FORA IX basado en la libertad de los presos (más de 2.000); un aumento salarial de entre un 20 y un 40 %, según las categorías, el establecimiento de una jornada laboral de nueve horas y la reincorporación de todos los huelguistas despedidos. Poco después las autoridades de la FORA y del Partido Socialista resolvieron la vuelta al trabajo. La rebelión social duró exactamente una semana, del 7 al 14 de enero de 1919. La huelga, a un costo humano enorme, había triunfado.