VIERNES 25 DE ENERO, 15 HORAS. La sede central de la UNPAZ luce atípica sin el bullicio cotidiano de las aulas. Durante el receso el silencio reina en los pasillos que esperan la llegada de febrero para poblarse de a poco con quienes se aventuran a las cursadas de verano. Sin embargo, en el segundo piso se respira otro aire y la expectativa crece a cada minuto en un salón auditorio en el que 80 estudiantes y aficionados del game design aguardan a que se devele la consigna secreta de la edición 2024 de la Global Game Jam.  

El desafío es claro y, aunque parezca difícil, ya son varias ediciones que constatan no sólo que es posible desarrollar un prototipo de videojuego o juego de mesa en 48 horas, sino que también el proceso es sumamente enriquecedor para las trayectorias formativas y ante todo una experiencia gratificante. Al menos así lo testifican más de 700 instituciones que funcionan como sede -entre las cuales se encuentra la UNPAZ- en más de 100 países.

“El principal desafío es animarse, venir y ponerle la mejor onda. La idea no es estresarse sino participar y llevarse la experiencia de crear algo, independientemente de que pueda estar terminado o no”, explica Damián, referente de la comunidad de desarrolladores CODEPAZ, que intervino en la organización del evento junto a la Licenciatura en Producción y Desarrollo de Videojuegos de la UNPAZ.

Para esta edición, alrededor de la consigna “Haceme reir”, se concretaron 18 prototipos de los cuales 3 fueron juegos de mesa y 15 videojuegos. “En los proyectos, se vieron dinámicas variadas que iban desde juegos de plataforma, de supervivencia, de pelea, de simulación de citas y deck building (mazos de cartas), hasta otros juegos más experienciales en los que tenías que enfrentarte a situaciones absurdas, dispuestas en los juegos en forma de preguntas o imágenes graciosas”, explica Sofía, estudiante y miembro de CODEPAZ.

“En algunos proyectos se optó más por usar un humor family friendly y otros fueron por otras formas, pero en general todos trataron de explotar el lado cómico para cumplir con la temática y hacer reir a todos”, concluye.

La dinámica del evento permite poner en práctica distintos saberes e incorporar nuevos conocimientos de acuerdo a los diferentes roles en el equipo. En este sentido, las y los participantes de acuerdo a su perfil, gustos y habilidades pueden intervenir en aspectos como la narrativa, el arte o la programación, sin necesidad de contar con conocimientos previos, siendo “las ganas de hacer” el único requisito excluyente.

“Vine con la expectativa de aprender nuevas dinámicas de juego, saber cómo desarrollarlas y conocer nuevos compañeros”, explica Yamila, una estudiante de la carrera de videojuegos que se identifica con roles vinculados a la construcción de la narrativa del proyecto y decidió sumarse junto a otros compañeros de la Licenciatura.

“Lo más lindo que tiene la Jam es conocer gente, hacer contactos nuevos y poder darte el espacio para crear algo en un tiempo determinado que sólo en tu casa no lo harías”, comenta Ezequiel que por tercera vez consecutiva participa del evento y destaca lo interesante de la experiencia “para cualquier persona más allá de que seas o no del ámbito, si te gustan los videojuegos o juegos de mesa y querés entender cómo funcionan”.

Podría decirse que la creatividad es la materia prima fundamental de la que se nutre la Game Jam y, de esta forma, ofrece la posibilidad de “guitarrear un juego (improvisar), romper el hielo ganando primeras experiencias, practicar y probar cosas nuevas sin necesidad de ser un profesional recibido o tener un proceso avanzado”, tal como expresa el director de la carrera de Videojuegos, Bernardo Mallaina.    

El viernes los equipos concluyeron la jornada con la puesta en común de ideas, dando paso a un intenso sábado en el que empezaron a aflorar las mecánicas y a tomar forma los diferentes proyectos.

Finalmente, el domingo las computadoras del Espacio PROGRESAR de la UNPAZ tuvieron su descanso y llegó el momento de compartir los prototipos y celebrar, por sexto año consecutivo, el desafío cumplido.