LA GUERRA DEL SIGLO
Lo que a continuación van a leer parecería un extracto sacado de La Peste de Albert Camus o de la Danza de la Muerte de Stephen King. El mundo entero hace varios meses lucha contra un virus mortal el cual se ha llevado miles de vidas y seguro mientras escribo estas líneas ha ganado algunas más, son millones de personas que luchan por su vida y somos muchos soldados vestidos de blanco que acompañamos en esa pelea constante , millones han caído, seguramente muchos más caeremos en esta guerra, es muy abrumador y estresante el saber que a pesar del esfuerzo que hacemos día a día vamos perdiendo más vidas , el ver caer a quienes luchan de nuestro lado nos lleva a pensar que ningún esfuerzo es suficiente en esta batalla , es duro ver aquellas personas que pierden su vida en soledad, esos abuelos que no podrán acariciar a sus nietos, esos padres que no podrán abrazar a sus hijos, esos hijos que no podrán compartir sus últimos instantes de vida junto a sus padres, el sufrimiento y el dolor conviven con quienes dedicamos nuestra vida a ayudar a los demás en los momentos de enfermedad, naturalizamos la muerte como parte de la vida, sin embargo, todo esto nos moviliza, nos sensibiliza y nos duele. Esto se replica en cada vida que se apaga y nos hace sacar fuerzas de donde ya no tenemos para seguir, nunca vamos a abandonar esta batalla, es para lo que nos hemos preparado.
Quienes estamos de pie poniendo el cuerpo y el alma en esta lucha históricamente hemos sido menos preciado, desvalorados, nunca se nos reconoció como profesionales a pesar de que pasamos toda nuestra vida estudiando y capacitándonos, hemos tenido más de un empleo para poder llevar el sustento a nuestras familias, muchos dejaremos nuestra vida en esta lucha, sin embargo seguimos de pie dando una esperanza de vida al mundo, tratando de buscar una solución a este tormento.
Quienes estamos de pie lo hacemos por que amamos y valoramos la vida por sobre todas las cosas y porque creemos que llegara el momento de salir detrás de esos retazos de tela que tapan nuestras bocas y nos aíslan, para reencontrarnos y gritarle al mundo entero que por fin hemos ganado la batalla.
Orellana Paola E.