Jornada de reflexión sobre el impacto de la inteligencia artificial en la educación superior
Autoridades y docentes compartieron una jornada de reflexión sobre el impacto de la inteligencia artificial en la educación superior
El Departamento de Economía, Producción e Innovación Tecnológica (DEPIT) y la Secretaría Académica organizaron -en articulación con el Observatorio Interuniversitario de Sociedad, Tecnología y Educación (OISTE)- un encuentro dirigido a docentes para analizar y debatir el impacto del chat GPT en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Bajo el título “Entre la panacea y la amenaza: Inteligencia Artificial y Enseñanza”, la jornada fue una invitación a compartir experiencias y sistematizar saberes obtenidos desde diferentes campos con un objetivo claro: esbozar un posicionamiento institucional que se irá completando en sucesivos encuentros sobre el uso de la IA en la enseñanza de nivel superior.
La actividad contó con un espacio de taller en el que las/os docentes y autoridades expresaron opiniones y recomendaciones. Por la tarde, se realizó un panel de reflexión a cargo de Laura Pitman, directora general de Desarrollo Curricular de la UNPAZ; el docente y sociólogo Martín Gendler; y Fernando Peirone, moderador del encuentro.
La apertura estuvo a cargo de la directora del DEPIT, Cintia Gasparini; Laura Pitman y Fernando Peirone, quienes explicaron los motivos que los impulsaron a generar un diálogo enriquecido por los interrogantes y las experiencias del campo docente sobre esta tecnología generativa, con algoritmos capaces de buscar y procesar información, sostener diálogos y ofrecer respuestas consistentes.
“No hay saberes previos sobre cómo vamos a adaptar el sistema educativo al chat GPT o tecnologías similares, lo que hay que hacer es construir saber, tenemos que hacer las preguntas correctas y buscar entre todos una respuesta institucional”, sostuvo Gasparini.
En este sentido, señaló también que una de las preguntas “troncales” tiene que ver con “qué es lo que vamos a seguir enseñando y qué es lo que dejamos de enseñar con todo lo que eso implica, porque como en toda innovación tecnológica siempre hay tensiones, actores o actoras que se sienten de alguna manera perjudicados o que rechazan la innovación”.
Otra de las cuestiones a tener en cuenta en este panorama incipiente es “qué hacemos con las evaluaciones, cómo evaluamos a partir de este tipo de herramientas, estas son preguntas que nos preocupan como docentes acostumbrados a leer un texto y a resumirlo, (con la potencia que esto tiene en el análisis del mismo texto) o a tomar apuntes con una lapicera”, ejemplificó Gasparini para referirse a prácticas que podrían caer en desuso con el uso masivo del chat GPT.
En un escenario de tantos cambios, la directora del DEPIT afirmó que “también son cosas para aprovechar, por ahí es un momento para pensar qué cosas nos estamos perdiendo de enseñar”, reflexionó.
Por su parte, la secretaria académica, Paula Zabaleta, señaló que “la tecnología busca nuestras preferencias y personaliza pero no termina de reponer la presencialidad”.
Tras referirse a la experiencia vivida en la pandemia, cuando la universidad pública redobló sus esfuerzos para garantizar la continuidad de la educación forma virtual, Zabaleta sostuvo que “el debate no es solamente sobre la enseñanza y los procesos de aprendizaje sino sobre si la tecnología reemplaza la presencialidad y cómo en esos nuevos procesos que nos interpelaron durante todos estos cuatro años elegimos la presencialidad para reponer cosas que todavía la virtualidad o los dispositivos parecieran no suplir”.
Por otro lado Laura Pitman señaló que “hay circulando dos posiciones una tecnofóbica y otra tecnofílica y la vida nos va enseñando que hay que evitar ambas posiciones, sobre todo la tecnofílica no solamente en el sentido del amor a la tecnología sino de la fascinación por la tecnología, tal vez no todo tiene que ser incorporado, tal vez es muy importante que nosotros hagamos nuestra propia curaduría de recursos porque cuando la cuando estos dispositivos entran en la educación se transforman en recurso de enseñanza entonces hay que ver si son recursos de enseñanza o si son recursos de desaprendizaje”.
Pitman expresó que pueden funcionar como recursos de “delegación paulatina de habilidades porque también es un riesgo asumir que el saber está en otro lado, que el saber no lo tenemos nosotros, esto nos lleva paulatinamente a que alimentemos la idea de que educar a alguien es exponerlo a un material y después evaluarlo y eso no es la enseñanza eso no es la formación”.
Luego de hacer un repaso por la trayectoria de la IA desde su creación hasta su más reciente herramienta, el chat GPT, Gendler, quien es docente de la materia Tecnología y Sociedad en las tecnicaturas informacionales de la Universidad, sostuvo que “un 99% del ecosistema de empresas que están produciendo desarrollos lo están haciendo bajo lo que se conoce como Software privativo, un software que salvo las personas que lo crean nadie puede saber a ciencia cierta qué hace por detrás”.
A modo de ejemplo, Gendler afirmó que “cuando nosotros pedimos que genere una imagen no sabemos qué es lo que hace la aplicación, qué datos está almacenando y cómo hizo esos procesos; estamos fomentando el uso de distintos tipo de aplicaciones sobre las que ninguno de nosotros, incluso el mejor programador de los que aquí presentes o de cualquier parte del país, puede saber qué es lo que se hace con los datos y los metadatos que están involucrados por el tipo de carácter del código que utilizan”, remarcó.
El sociólogo advirtió que una de las cuestiones fundamentales respecto al uso de la IA es “poder entender sus potencialidades y sus limitaciones, sus riesgos y sus oportunidades y si la vamos a incorporar hacerlo de forma consciente”.
“La idea -continuó Gendler- es fomentar cierta intervención nuestra para evitar esta recomendación casi total que nos hacen las aplicaciones. Esto es algo que se puede trabajar con los estudiantes, ¿El problema es la respuesta del GPT o el problema es copiar y pegar la respuesta del GPT al parcial tal cual nos fue dada?; ¿El problema es la película qué me recomienda Netflix o es no asumir que ninguna de estas películas me gusta y tengo que buscar otra?; ¿El problema es quedarnos con los 10 resultados que me ofrece Google o el problema en realidad es qué dice la siguiente página, cosa que ninguno de nosotros hace?”, resaltó.
Por último, en consonancia con Gendler y Peirone, Pitman agregó que “estamos hablando de Inteligencia artificial porque hubo un una operación gigantesca de marketing como la hubo creo yo el año anterior sobre las criptomonedas; nadie hablaba de criptomonedas y de pronto hubo que estar este hablando con los pibes sobre si la vida va a pasar por acumular criptomonedas en lugar de trabajar y casualmente la educación financiera termina formando parte del currículum de la escuela secundaria de territorios como la ciudad de Buenos Aires”.
Además, observó que “no hay neutralidad en esas herramientas porque esas herramientas no solamente están pensadas para producir datificación, digitalización y automatización sino que ese conjunto de procesos está pensado y construido para producir la maximización del beneficio en la acumulación del capital; no están pensadas en términos inclusivos para producir distribuciones cada vez más equitativas del ingreso”.