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Jueves 19 de Septiembre, 2024
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Se realizó una nueva edición de las Jornadas Democracia y Desigualdades

A lo largo de dos días más de 800 investigadoras/es provenientes de las ciencias sociales se dieron cita en las IV Jornadas Democracia y Desigualdades para reflexionar y debatir sobre las múltiples desigualdades que atraviesan a las sociedades latinoamericanas.

La actividad, organizada por los institutos de investigación de la Universidad (IESCODE/ IIEC/ IDEPI) en articulación con la Secretaría de Ciencia y Tecnología, contó con la realización de 32 grupos de trabajo en los que se debatió sobre desarrollo productivo, género, migraciones, cultura y comunicación, salud, enseñanza, discapacidades, movimientos sociales, políticas tecnológicas y  representación sindical, entre otros tópicos que propiciaron una aproximación a la actualidad de América Latina “la región con mayores niveles de desigualdad en el mundo”, expresaron las/os organizadoras/es.

Durante el encuentro, las/os inscriptas/os participaron en 15 actividades especiales que incluyeron muestras, proyecciones, paneles y presentaciones de libros. Entre otras, se realizaron la muestra fotográfica "Entre la casa y la universidad: miradas sobre el oficio de estudiante en la UNPAZ"; la “Exposición e intercambio de objetos, productos y creaciones de pueblos originarios en la UNPAZ” y la presentación del libro “Historias por leer. Literatura en lengua de señas argentina para niños/as sordos/as”.

Las jornadas -que en esta edición recibieron un total de 500 ponencias y cerca de 300 inscriptos/as provenientes de otros países como Brasil, Perú, Chile, Colombia y México, además de estudiantes de universidades de la región - constituyeron un espacio para reflexionar sobre “los niveles de ingresos, el acceso a la tierra y la vivienda, a las condiciones dignas de trabajo, a la salud, la educación y los sistemas de protección social, las formas de producción y sus desarrollos tecnológicos”, describieron desde la coordinación de este evento.

Las desigualdades “se han constituido como una de las mayores fuentes de amenaza para los sistemas democráticos”, aseguraron. Por tal motivo, “desigualdad y democracia, son dos aristas de una relación compleja, en la cual el incremento de una abona al debilitamiento de la otra”.

El panel de apertura estuvo encabezado por el rector Darío Kusinsky quien destacó el valor de la construcción colectiva que presentan las jornadas al referirse a “lo que sucede en las aulas,  en los grupos de trabajo, en los intercambios que se generan a partir de las propuestas que hace cada grupo de investigadoras e investigadores cuando cuentan sus líneas de  trabajo y se  ponen a disposición para seguir construyendo conocimiento”.

Kusinsky resaltó que en la actualidad es “muy importante la investigación desde las ciencias sociales por lo complejo que resulta analizar las democracias y las desigualdades que se generan dentro de este sistema”.

A continuación se dio paso a la mesa titulada “Democracias latinoamericanas y procesos de participación política: entre los proyectos populares y el avance de nuevas derechas” moderada por la directora del IESCODE, Nora Goren,  que contó con la participación de los panelistas Pablo Vommaro (UBA/ CONICET-CLACSO), Eduardo Rinesi (UNGS) y la secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina (Santa Sede) Emilse Cuda.

A modo introductorio, Goren indicó que las nuevas derechas, “se organizan a nivel internacional y pese a sus diferencias se coordinan, ganan elecciones y buscan corroer los propios cimientos de la democracia desde su interior deteriorando derechos y libertades”.

“Su objetivo -indicó- no es la reducción de las desigualdades sino encontrar chivos expiatorios como los migrantes -señalados como responsables de la falta de trabajo-,  la feministas que demandan por sus derechos o los grupos ambientalistas”, entre otros.

Este mecanismo sucede “en un contexto en el que las democracias que prometían mejoras de las condiciones laborales,  vida de bienestar,  más servicios públicos,  una reducción de la desigualdad, vienen decayendo; ese progreso continuo democrático viene decayendo en los últimos 30 o 40 años”, reflexionó.

Democracias latinoamericanas y procesos de participación política

En conexión virtual desde Roma,  la secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina (Santa Sede) Emilse Cuda, participó en la reflexión sobre las desigualdades y señaló que “estamos convirtiéndonos en una especie que está matando a sus crías”, al tiempo que  preguntó en forma retórica “a quién le estamos reclamando que se haga cargo de los muertos de hambre,  de los muertos por por falta de medicamentos, por adicciones o de los suicidados porque no tienen de qué trabajar”.

“Cuando uno ve todo eso y reclama,  la pregunta es a quién le estamos reclamando,  de quién esperamos la salvación”, indicó.

“Me gusta repetir esto que dice el Papa:  nos unimos o nos hundimos y esa unidad es una unidad en la diferencia y es posible por el diálogo social”, destacó.

Más adelante, Cuda agregó que  “pensar en la democracia y en la participación hoy es una tarea inminente porque está la vida del planeta en juego y ahí no se salva nadie”.

En coincidencia con Cuda, al avanzar en su ponencia, Pablo Vommaro planteó la siguiente interrogante: “¿Qué grado de desigualdades pueden soportar nuestras democracias? Estoy pensando las democracias más desde su dimensión participativa, es decir hasta dónde pensamos que los grupos sociales pueden participar de la vida común con grados tan profundos y tan insoportable de desigualdad creciente “, advirtió.

En este marco, Vommaro señaló que “una de las formas de tensionar estas democracias y poder contrarrestar los dispositivos sociales de producción y reproducción de las desigualdades sociales multidimensionales tiene que ver con el lugar que tienen los movimientos sociales”.

Hacia el final de la mesa de apertura Rinesi afirmó que “la palabra democracia señala un valor hoy fuertemente problematizado por los discursos que dominan la escena pública, y fuertemente puesto en riesgo por la crudeza de ciertas orientaciones gubernamentales y la crudeza de ciertas situaciones”.

“No podemos resolver el asunto demasiado fácil mirando apenas a las estructuras de la economía,  mirando apenas a las tendencias segmentadoras y fragmentadoras del capitalismo que tenemos,  porque me parece que eso es exculpar demasiado rápido a la política. Tenemos el desafío en esta sociedad fragmentada de construir no solamente otras interpelaciones, otros discursos, otras solidaridades sino otras formas de relación”, resaltó el filósofo.

La era de las desigualdades,. Consecuencias y desafíos en la Argentina del S. XXI

El cierre de las jornadas estuvo a cargo de la vicerrectora Silvia Storino, quien tras referirse al  crecimiento que tuvieron las jornadas desde su primera edición en 2018 señaló que desde la Universidad “no podemos pensar por fuera de las coordenadas de la desigualdad porque tenemos una intención utópica de pelear siempre por mejores horizontes de igualdad en una época en la que  parecen estar en interrogación todas aquellas formas de vida cultural política y social que hemos vivido”.

Tras celebrar que cada vez haya “más investigadoras/es y docentes interesadas/os en producir conocimiento”, la vicerrectora dio paso al panel final titulado “La era de las Desigualdades: consecuencias y desafíos en la Argentina del SXXI” -moderado por Johanna Maldovan, coordinadora de las jornadas- que contó con la participación de Fernando Porta (UNQ/CFI), Luis Campos (IEF/ CTA) y Karina Batthyány (CLACSO/ UDELAR, Uruguay).

Al comenzar su alocución Porta destacó que la desigualdad “es un aspecto constitutivo orgánico del sistema capitalista, es parte de su propia dinámica de funcionamiento el simple hecho de sus
estructuras de jerarquía y dominación implica efectivamente la producción y la reproducción de desigualdades en todos los ámbitos de la vida este social y económica”.

“Lo cierto -continuó- es que a nivel mundial actualmente atravesamos una fase en la que los niveles de desigualdad han crecido en general en la sociedades en la economía mundial no solo a través de un aumento de la brecha de desarrollo entre países cada vez son más asimétricas esas relaciones sino que también al interior de la mayoría de las economías”.

Tras explicar varios aspectos condicionantes del desarrollo argentino, Porta recomendó que “en las actuales condiciones de la de la economía mundial y de la economía argentina deberíamos proponernos una suerte de utopía reformista y aspirar a una economía formalizada de plena ocupación y de salarios altos y al mismo tiempo con formas particulares de articulación con lo que hoy llamamos la economía popular,  porque la dimensión que adquirió el grado de informalidad laboral en nuestra sociedad y la dimensión de lo que hoy llamamos economía popular probablemente sea muy difícil de absorber en el marco de un ciclo de crecimiento por más largo y por más importante que este ciclo sea”.

A su turno, Batthyány, repasó los indicadores de desigualdad que caracterizan a América Latina como el género y -entre otros- las tareas de cuidado y expresó que “una democracia fuerte, robusta y efectiva es clave para reducir las desigualdades;  no podemos pensar en el robustecimiento de esa democracia si no colocamos estos elementos asociados a la vida cotidiana de todos y de todas estos elementos es la cuestión del cuidado en el centro de la discusión no en el margen sino en el centro de nuestras discusiones y por lo tanto también en el centro de las políticas públicas que reclamamos”.

Por último Luis Campos se refirió a las desigualdades en el campo del trabajo al realizar un análisis de las desigualdades que quedaron expuestas en la pandemia y las políticas que se implementaron desde entonces.

La cobertura de las jornadas puede verse en el canal oficial de YouTube de la UNPAZ

Panel de apertura
https://www.youtube.com/watch?v=-8ZhUEnCWvY&t=8489s

Panel de cierre
https://www.youtube.com/watch?v=DIs_imWMN2E